Acerca de " cartas al humanismo de Heidegger " ....

El pensamiento de este filósofo es sin duda en manera emblemática, muy interesante, pero aun así complejo. Como tal Martin Heidegger no es un filósofo de corte racionalista, sino más bien de corte existencialista. Sin embargo encontramos incauto su pensamiento, o más bien su visión acerca del “dasein”, en las líneas de esta carta, que tiene como centro y fundamento hablar del “lenguaje como la casa del ser”; y también como “el lugar donde habita el hombre” ya que la cuestión va más allá de lo que se puede plantear en un texto común.
Otra consideración que Heidegger toma es el dasein que es “estar en el ahí” pero ese estar ahí es estar en la physis como lo decían los griegos es decir el mundo, por lo cual concibe al ser existente, no  en un plano abstracto sino fenomenológico.

Las ideas vistas bajo una óptica inmanente del lenguaje como base del proceso de humanización del hombre no dejan de significar, sino más bien  la construcción de la realidad. Es más bien un ejercicio de apropiación de las cosas, una simple aprehensión, las palabras se usan como instrumentos y nos ayudan a expresar lo que hemos experimentado en el proceso de interpretación, de la realidad. Es decir determina la realidad, es una adecuación lógica de la idea con la cosa misma; que en occidente; para huir de la angustia del existir culmino en el “olvido del ser” a un que de diversas maneras se ha interpretado el lenguaje de forma superficial. Ya desde los inicios en las islas griegas era maleado el pensamiento de los hombres, sobre todo desde Parménides, sobre el ser, pues para corresponder las ideas del  conjunto de individuos el ideal universal de humanidad que es más bien abstracto no puede identificarse con un ente en la realidad; sino más bien con la misma racionalidad del hombre, que subyace al  lenguaje. Por lo tanto a lo largo de la historia filosófica se ha tergiversado.

Se aprecia de igual manera la influencia de Parménides mientras relaciona que, el pensar, es al mismo tiempo el pensar del ser, y no la nada; ya que el no-ser no puede existir. Deriva en su mismo pensar ya que al pensar se identifica con el ser mismo, puesto que no se puede negar la vía de la verdad “el ser es, el no-ser no es”, de  modo que es acto vital para todo humano el razonar; reflexionar sobre su propia existencia ya que con la ilustración se ha trastornado la significancia de su palabra. El ser mismo se ha olvidado y por lo cual también su lenguaje, que es medio de expresión y compresión de su existencia, en la realidad, tergiversado por otras concepciones que en principio no están adheridas meramente a lo humano, sino más bien lo reduce a su utilidad y función como lo plantea Marx, en su antropología. Él piensa al hombre, como un objeto para la producción de los sistemas económicos. Lo que busca Heidegger es una regresión al lenguaje primitivo, en el sentido no funcional, sino la dirección humana de comunicarse y donde el lenguaje está al servicio del hombre, recobrando de nuevo el camino propio del “SER”.

“la humanitas” se construye, a través de conceptos y abstracciones que sugieren pistas de como se ha cambiado total o parcial la esencia de este significante a lo largo de los tiempos, donde la esencia y existencia se devela por medio de la reinterpretación de juicios que sin más que meros ecos retornan a la pared de lo inteligible resultando en la nueva perspectiva del mundo- realidad propuesto al inicio.

Los argumentos que aparecen en la obra del pensador alemán son cimentados en un contexto filosófico aunque él no se preocupe por construir una definición exacta de lo que él entiende por humanismo; este título nos permite intuir la estricta relación del lenguaje con lo humano.
Dentro de esta perspectiva los –ismos son, realmente o solo son puentes, de los cuales experimentamos cierta desconfianza frente al lenguaje filosófico y sobre todo a los sistemas e instituciones construidas alrededor de lo humano. Que son de una magnitud considerable. El axis central del texto está compuesto por la relación ser y humanismo, he aquí la pugna sobre la cual se desarrolla el edificio inteligible arbitrado por el lenguaje, pues a propósito se alude a SER Y TIEMPO la obra de Heidegger. Así el espacio especifico es condicionado por la cultura formando una visión de lo que de hecho es lo humano, para referenciar ideas metafísicas dichas anteriormente, en cuanto a la comprensión análoga del ser ente. Para comprender los conceptos de la realidad que se presentan junto a las simples nociones de existencia, el mismo Heidegger hace una deconstrucción e utiliza, identificando la existencia como “la manera en como conocer el ser desde una mirada externa y ajena a todas las limitantes del lenguaje como medio de expresión del ente en cuanto ente”.

Por consiguiente al tema en cuestión Heidegger no está estrictamente proponiendo una filosofía sino más bien un regreso; un retorno a la filosofía del ser que se ha desvirtuado, interpelando, quizá de forma inadecuada conceptos como humanitas, ente, esencia, existencia, sujeto, persona, entre otros. Así pues la finalidad de toda construcción argumentativa: “el habla es la casa del ser”, deriva en la relación de lo que es la humanidad es decir, que lo humano es siempre el habla, en el sentido del lenguaje el hablar es una cualidad específica y exclusiva del hombre; por ser el único ser capaz de expresar lo que siente y de nombrar y conocer la realidad.
Racionalmente el lenguaje puede construir la realidad; la morada del ser mientras le permite a él conocer el mundo; como decía el sabio Protágoras, ( también sofista) y lo mismo todos aquellos que manifestaron su modo de ver el logos del cual Parménides fue el primero que expuso claramente los argumentos válidos para una correcta percepción mas también Heráclito no se quedaron atrás, tal cual el relato de los curiosos, que viajaron para ver al pensador y deseando encontrar lo extraordinario, encontraron contradictoriamente lo cotidiano, un hombre que se calentaba en un horno y al ver las expresiones en sus rostros de frustración los invito con las siguientes palabras: 
“vamos entren que aquí también estan los dioses”.

Por lo tanto en Heidegger el lenguaje no sirve de un mero instrumento para expresar la cualidad der ser. Sino con los parámetros tradicionales de la lingüística, para proponer el “logos” carente de subjetivaciones y de la propia expresión de la existencia de la HUMANITAS, se evidencia dentro de la existencia pues puede ser comunicada al otro ya que hace corresponder su propio sentido, preguntando, si al preguntarse la respuesta está implicada en la cuestión, en razón de que vuelve a las remotas nociones del logos para mostrar su estructura.


Así pues se amplía la posición de este “logos” como algo que sucede, es decir, “esta”, es presente, es contemporáneo, es acción. Llega así sutilmente al movimiento para dar lugar a las manifestaciones del ser, sin quedarse presente en la simple presencia de lo que es, o aparenta ser. Consecuentemente suscita la objetivación de cómo se revela en el tiempo y no ya con una simple categoría metafísica.


Entonces el hombre como tal encuentra en el mundo un lugar de realidad, para alcanzar la plenitud de de sí mismo, puesto que hace un lado lo sensible, y abre el trascendente del lenguaje, para poder llegar a la vedad del ser. No solo toma en cuenta su ex –asistencia pues de un modo u otro barrunta las posibilidades de cómo se “es” en la naturaleza, así malogra una interpretación objetiva, pues también los animales son y se encuentran en la physis; una forma de existir; pero sin tener la capacidad de comprender su misma existencia.

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