LA FE DEL ARTISTA ARTISTA
“El arte como intuición de lo bello”
Un misterio… ha sido para la humanidad responderse sobre sí
mismo, la finalidad de su existencia. El primer indicio, está en la realidad
pero de hecho el mismo ya representa una ruptura de nivel en todo el cosmos porque es consciente de que el
mismo “es”.
Entonces se desencadena toda una capacidad sensitiva para distinguir
su realidad, un poco de historia, los
procesos biológico-químicos del planeta: erupciones, glaciaciones, diluvios,
terremotos, rayos y centellas.
Aun hoy como in illo
tempore se desea revelar
los secretos más profundos del logos es decir llegar a la verdad. La sensibilidad
para distinguir la physis corresponde
al juicio estético. Por lo tanto se relaciona con la belleza que curiosamente
supone la ruptura de nivel de lo profano, pues se considera una cualidad inherente
a la apreciación humana por eso el juicio estético aunque proviene de la mente
no depende de la percepción ni otra actividad racional.
Sin embargo en los fenómenos de ritmo, orden, equilibrio y
repetición se intuye armonía, (razón y proporción). La existencia de lo bello
es una de las manifestaciones más palpables del bien por lo que también se le
atribuye un carácter sobrehumano digno de asombro.
Plasmar la belleza
es considerado un arte pues supone una revelación filosófica de lo absoluto en
palabras de Schelling.
“Todo el monte
Sinaí humeaba, porque Yahvé había descendido sobre él en el fuego. Subía el
humo como el de un horno, y todo el monte retemblaba con violencia” (Ex 19, 18).
He aquí una muestra del sublime natural que manifiesta un
enorme potencial imaginativo y al mismo tiempo una impotencia sin límites para
el intelecto así surge la idea del incomprensible. Germina asimismo el temor
reverencial (religioso) ante la fuerza de la natura reflejo de la omnipotencia divina.
Contemplar los hechos históricos provoca en la razón cuestiones,
meditación y un palidecer frente a la belleza de su esencia. No existen
palabras para exteriorizar tales acontecimientos. A causa de la insuficiencia
del lenguaje nace el arte como la capacidad de manipulación de lo real, un
producto del espíritu, que nace de la perfecta confluencia de espíritu y
materia consciente e inconsciente de la mente y el objeto.
Entonces la producción de arte es una síntesis de las
emociones, ideas, creencias, filosofías del artista para comunicar su reflexión
existencial. Por medio del arte la religión encuentra una vía para enunciar el
misterio de la trascendencia. Desde la antigüedad esta cualidad es aprovechada para
edificar espacios sagrados como
pirámides, centros ceremoniales, tótems, catedrales, monumentos, palacios,
acabados arquitectónicos en fin, para significar una ruptura de lo profano
hacia lo sagrado una regresión al “cosmos
noetos” la nostalgia del paraíso o el principio de inocencia como dice
Eliade.
Aquellas magnas construcciones irradian toda una simbología
religiosa y si se quiere la revelación de una hierofanía indirecta, en la
basílica de San Pedro se muestra el derroche de la actividad artística con todo
lujo de detalles. De esta forma el arte es una explosión, un eco de la
perfección divina. Toda realización artística parte del reflejo de lo infinito
adquirido desde lo finito, que representa contradicción a la lógica humana por
que ningún entendimiento puede desarrollar de modo finito la infinitud.
Es por tanto un reto para la reflexión el por qué la inspiración como actividad del artista
supera al individuo pues no proviene de sí mismo sino del exterior, entonces el
mismo revela una intuición estética y supone un cambio de naturaleza (estado) hecho que barrunta la
existencia de una realidad absoluta puesto que en la obra de arte se combina
naturaleza e inteligencia.
Arte y religión tienen una relación estrecha que en
ocasiones es difícil distinguir y resulta complicado concebirlos de manera aislada,
en esta correspondencia se hace inevitable no traer al presenta los mitos y los
ritos. En algunas tradiciones religiosas
presentan una colección de arte en sus templos, así otras como el pueblo
judío no concebía ninguna imagen de su Dios, por que como ya se dijo es
imposible representar todo el ser en un objeto. Aunque no halla imágenes
existen otras manifestaciones que reflejan los atributos divinos como la
liturgia, el templo etc.
Una impresión del arte es trasmitir aquella naturaleza
suprema aun cuando no existan imágenes por que su misión favorece la admiración
y contemplación del misterio que converge en el presente algo que ya paso es
decir una reactualización.
Finalmente el arte expresa la perennidad del misterio, en
la voz de Dostoievski descubrir
la armonía de las diferencias devela la relación entre Dios, Mundo y Hombre. En
pocas palabras la manifestación artística finita de algo infinito es digna de
asombro y es precisamente querido lector el elemento infinito lo que aporta
Belleza.
Por que el arte se acerca más a
la verdad que la filosofía misma...
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