ESSERE, oppure la possibilita di no essere...
Alrededor del año 1600 fue escrita una frase:
“Ser o no ser, he aquí la cuestión”
Es la primera línea de Hamlet, de William Shakespeare.
Por obvias razones, la afirmación de esta proposición ha sido una famosa frase conservada bajo una óptica un tanto superficial pues comprender lo que subyace dentro de esta oración ha sido la tesis de todo un problema filosófico. La posibilidad de elegir entre lo uno o lo otro adquiere un sentido totalmente nuevo, en una perspectiva más amplia de la cuestión tuvo su origen en los periodos del auge de la filosofía antigua, el filósofo dijo: “el ser es, el no ser no es”, pues así como el hombre ha pasado de una concepción mítica a una racional también ha tenido que esclarecer aquello que permanecía en oscuridad dentro de sí, la búsqueda de un arjé ( άρχή ) en los presocráticos fue un primer intento para manifestar lo que siempre ha estado en la consciencia e inconsciencia, un pensamiento innato que finalmente lo transborda a descubrir el axis de su existencia sobre el cual fundar todo su pensamiento.
Puesto que hemos elevado el nivel de la discusión a otra óptica totalmente diferente a lo expuesto al inicio, a fin de cimentar sólidamente el problema es preciso preguntar ¿Qué es el ser?
“El ser se dice de muchas maneras: se dice de acuerdo con las categorías, pero también se dice del accidente, acto, potencia, verdad, falsedad.” (Aristóteles VII).
El objeto de dialogo a tratar es lo más general y complejo a la vez, hablar sobre ser médico o ser abogado es distinto pues el valor atribuido al ser seria de carácter lingüístico luego afirmar dos seres distintos también supone una contradicción ya que un ser seria el límite de otro por lo cual contrastaría lo dicho por Parménides en las 3 vías. Así pues el ser no supone conciliar una serie de ideas que al final se hunde en la conciliación.
Entonces, ¿Qué entendemos cuando se dice que una cosa es la que es? Si se habla de ser esto o aquello se cae en el error tal como quedó justificado anteriormente. Primero contemplar esta noción en todo lo que existe hay más de lo que se ve. Por lo tanto de suma importancia aclarar el concepto abstracto del ser. Según Aristóteles el ser se entiende como substancia es decir lo que está debajo lo que subyace independientemente si se habla de piedra u hombre.
Por tal motivo no son tampoco los accidentes sino algo a lo que llamaremos lo ente. Así primitivamente es evidenciado que la existencia de aquel ente deriva en los modos de ser, inmersos en la naturaleza solo por el hecho simple de existir en la realidad tienen un ser, y no necesariamente son conscientes de ello, un ejemplo son los animales, en grado menor las plantas y finalmente los objetos inertes pero que aunque no poseen vida se intuye de manera implícita su ser.
Por lo tanto el ente es un agente implícito en lo que existe luego lo ente es lo que es y se sintetiza lo ente como una cosa incorporal pero que se revela en la physis. Por consiguiente adquiere sentido concebir la idea de un agente supremo en consideración al principio holístico, algo es todo respecto a las partes y partiendo del supuesto metafísico de Aristóteles, es posible el ser supremo. Pues el verdadero ser de una cosa coincide con su sustancia.
Y la sustancia de cualquier ser coincide con su causa en resumen el ser es dado por participación en palabras de Santo Tomas.
Por las situaciones que el no ser es.
Así se alcanza una convicción basada en argumentos racionales de la existencia del ser, incluso cuando estos parecen en total contraste con las evidencias sensibles halladas en la physis, aquí yace el “no ser” tal como se demuestra en el silencio, oscuridad etc. Basta pensar en una noche de tormenta, un individuo concreto que por medio de los sentidos capta los relámpagos los percibe y por momentos contempla a cara a cara la realidad del ser de igual manera la frase (la noche) representa una irrealidad.
Otro ejercicio simple seria Dante y Daniel están almorzando, durante la comida Dante le pregunta mientras bebe del vaso, ¿Qué es esto? Señala el vaso, Daniel respondería: un vaso. Nuevamente repitiendo la misma pregunta pero tomando un cubierto, la respuesta es obvia, quizá absurda: un cubierto. Y Dante respondería ¡Nooo! Es un no vaso…
Después de obtener una laguna mental y cierto retraso en comprender la propuesta mediante un juicio lógico se barrunta el “no ser” luego todo ser es también el no ser de otro o alguna cosa. Es decir un ser es el límite de otro. Siempre en concordancia con los principios de no contradicción e identidad. Por lo tanto los fenómenos naturales esclarecen parejas de contrarios luz-oscuridad, frio-calor asociando así un juicio lógico sobre la existencia de lo contrario en razón a él no ser.
Así pues dadas las razones es preciso recordar lo dicho por el filósofo:
“La vía del no-ser, no se debe ni hablar, es la nada, pues pensar en el no-ser no puede existir, porque no se puede pensar” (poema de Parménides)
Establecido un concepto claro propongo una analogía sobre el ser. Primero el ser es, y si en medida alguna intentamos negarlo: el ser no es, y se cree firmemente en
aquella afirmación negativa, la validez de este juicio será contrario pues negar una cosa con la plena sustentación de otra es pues negar un principio que asume la posibilidad verdadera por lo tanto el ser es existe porque lo puedo pensar de modo opuesto es imposible generar un conocimiento inverso pues el ser se presenta de muchas maneras en la realidad a través de la percepción de los sentidos que si aún ellos me llevan hacia un conocimiento errado, como en la gran apuesta filosófica de Platón y el mundo de la epistemia, me dan en cierto sentido una semilla de una verdad total.
Vale la pena también considerar que aun cuando el ser se piensa es existe y existe porque lo puedo pensar, y extrapolándolo a una óptica aristotélica sobre el cual el acto precede a la potencia el solo hecho de pensar en el ser le da un grado de realidad aun cuando sea solo una predisposición ya es por lo cual hace irrefutable la aseveración del filósofo “ser y pensar son lo mismo” de acuerdo a lo expuesto hasta el momento, hallar la posibilidad del no ser es posible pero no como una realidad ontológica sino como un mero pensamiento propiamente vago y para algunos carente siquiera de argumentos lógicos demostrables pues el ser se impone a la nada.
Es contundente como el filósofo descubrió en gran manera una verdad tan universal que aún resuena en nuestra época pues dejaba ver de manera anticipada que nuestros sentidos nos engañan ya que producen creencias y por lo tanto la razón es provista como la luz capaz de llegar a la verdad.
Por las razones que parece que el ser y el no ser existen
Si el no-ser es una noción en si misma contradictoria como lo justifica el poema de Parménides concebir esta idea es para algunos un parricidio del fundamento sólido dicho por el filósofo.
La razón y no el ojo ven lo verdadero. No hay una tercera posibilidad el ser es o no es y todas las palabras que designan una condición de no-ser son falsas en este sentido un nuevo concepto se genera la paradoja que como se evidencia en la tercera vía es posiblemente lo más absurdo de las dos pues afirma las anteriores.
Lo que pretende ya no es la certeza sino el choque de las dos vías en razón de la verdad para generar un conocimiento contradictorio como un mundo irracional en donde la posibilidad de ser del no-ser es concebida por obvias razones y justificada por medio de la propia naturaleza de aquel mundo un tipo de este pensar fue dicho por Zenón un discípulo de Parménides y aunque suene extraño fue más una defensa en contra la sofistica que un nuevo sistema en suma puedo objetar que la posibilidad del no-ser ha generado no solo un punto clave en nuestra vida cotidiana sino un reto para asumir la posibilidad de barruntar la idea suprema que en el principio fue implantada en el alma, la pequeña semilla que es imposible no pensar y que es distinguida a través de la physis mediante un movimiento , así es me refiero a la esencia de la siguiente frase:
“De ninguna manera se debe honrar más al hombre que a la verdad” Sócrates…
Y la verdad es el ser mismo.
BIBLIOGRAFIA
1. J. M. Bocheski, introduccion al pensamiento filosofico. Pag 85.
2. Platon, Dialogos. Protagoras o de los sofistas. Pag 123.
3. M. Heidegger, el ser y el tiempo. Cap. II El ser en el mundo. Pag 65.
4. Parmenides, Poema sobre el ser.
5. Gonzalo Soto Posada. En el principio era la physis. Pub, 2010. Cap. III y IV, pag. 61-67.
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